María del Carmen Chamorro, doctora en educación:
"Hay un divorcio entre la escuela y la vida"
Mejorar la formación docente y que los profesores integren a las clases la vida cotidiana de los alumnos son las claves para mejorar el aprendizaje de las matemáticas en los colegios, según la especialista en didáctica de la U. Complutense de Madrid.
Manuel Fernández Bolvarán
El motivo que llevó a María del Carmen Chamorro a interesarse por la forma en que se enseñan las matemáticas fue constatar que la gente "luce normal hasta que se le pide resolver un ejercicio numérico. Ahí se vuelven tontos radicales, dicen que para eso no sirven, que no entienden. Eso no es normal".Esta española lleva 32 años estudiando la didáctica de las matemáticas en los colegios y encabeza el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Una larga trayectoria y un diagnóstico categórico: "Las clases de matemáticas son muy aburridas".La experta vino a exponer sus ideas en la 21ª Conferencia Educacional de la Asociación de Colegios Británicos de Chile, que reúne a planteles como The Grange, Redland, Santiago College y Craighouse. Además, se reunió con docentes de Junji y Fundación Integra.
-¿Dónde está el problema?"
En que las matemáticas no son fáciles de enseñar. No es una materia que se aprenda copiando y repitiendo. Pero la escuela no se da cuenta de eso y lo que hace es darles largas listas de ejercicios a los alumnos, quienes esperan que en la prueba les aparezca uno parecido. Eso no funciona y se ve en que si uno en la prueba presenta la operación de otro modo, el niño se equivoca. Las matemáticas requieren de otros métodos e ignorar eso ha provocado la debacle que hay".
-¿Eso es válido para colegios públicos y privados?
"Son problemas parecidos, porque los docentes son formados con prismas similares. Incluso entre los países hay pocas diferencias, salvo en lugares como Francia, que tienen un mejor nivel porque invierten mucho en investigación didáctica".
-¿Qué prácticas usuales ayudan poco a que los alumnos aprendan?"
Al resolver sumas, restas, multiplicaciones o divisiones, se enseña un único método y no siempre el más fácil de comprender. Como si sólo hubiera una forma de resolver un ejercicio. Ése es un error tremendo".
-O sea, se enseña una mecánica que no siempre se entiende.
"Exacto. Y no se estimula a que los chicos busquen métodos propios de resolución. Formas quizás más artesanales, pero que entiendan mejor. Las matemáticas tienen la ventaja de que se puede llegar al resultado de distintas maneras. Si se enseña en forma dogmática, si se obliga a hacer todo como dice el maestro, no se aprende realmente".
-¿Y cómo llevar eso a la práctica?
"Un ejemplo es al dividir. En un nivel muy inicial, se les puede decir a los niños que hay unos piratas que se tienen que repartir una cantidad de monedas. Lo primero que harán es tomar las monedas y entregarlas de a una, como repartiendo cartas. Después, si se les pide hacerlo más rápido, lo harán entregando de a dos. Y así. Hasta que el niño entregue la cantidad exacta de un golpe, que es el fin de una división. En el proceso, el alumno busca su propia forma de resolver el problema y, además, comprende qué significa dividir".
-Entonces, habría que ocupar más los juegos.
"Claro. En vez de hacer recitar las tablas de multiplicar, se puede jugar al bingo. Si el profesor sortea el número 12, lo puede cantar como '3 por 4'. Y los muchachos van a esforzarse por resolver eso lo más rápido posible de alguna forma. Porque si no, pierden y a los chicos no les gusta perder. Eso es mucho más entretenido. Y también hay que incorporar los conocimientos cotidianos de los niños a la clase".
-¿En qué sentido?
"Al niño no lo engañan cuando compra golosinas. Sabe cuántas le deben dar y cuánto vuelto recibir. ¿Y acaso lleva papel y lápiz? ¿Acaso hace cuentas como le ha enseñado el maestro? No. Y no lo engañan, pero después se equivoca en la prueba. Ahí hay un divorcio entre la vida y la escuela. Eso no puede ser: la escuela tiene que ayudar al alumno en su vida, no ponérsela difícil".-El recurrir a ejemplos cotidianos no siempre convence a los educadores, porque pueden distraer a los niños de los contenidos de fondo."Es que hay que ver los ejemplos que se usan. Muy típico es plantear 'diez obreros cavan una zanja en 3 horas, ¿cuánto tardarán 30 obreros en cavar la zanja?'. Eso es absurdo. ¿Alguien ha visto alguna vez 30 obreros cavando una zanja? ¡No podrían ni moverse! Es un problema que carece de realismo. Los ejemplos deben ser razonables".
-¿Cómo producir ese cambio?
"Hay que mejorar la formación inicial de maestros, entregarles mejores métodos de didáctica para las matemáticas. Si sabemos que enseñar estos contenidos no es fácil, debemos corregir eso y darles a los profesores, durante su carrera, instancias para ir actualizándose según los avances que generan las nuevas investigaciones".
Dos textos de María del Carmen Chamorro están disponibles en Chile. Se trata de "Didáctica de las Matemáticas Preescolar" (2005) y "Didáctica de las Matemáticas Primaria" (2003), en que presenta ideas concretas para que los profesores apliquen en la sala de clases. Ambos libros son editados por Pearson."No son reflexiones en abstracto, sino estrategias concretas, probadas en la práctica. Las he visto funcionar personalmente en colegios de las barriadas pobres de Madrid", explica Chamorro, quien dice que su idea era la de entregar a los maestros una ayuda para mejorar sus clases.Innovar en la enseñanza"Se insiste mucho en que los niños no usen los dedos para sacar cuentas. ¿Por qué? ¡Si es un recurso utilísimo! ¿Acaso la escuela es para mancos? Los dedos son como las rueditas chicas de la bicicleta. Que los niños los usen mientras los necesiten. Si no, vamos a tener adultos que sacan cuentas con los dedos".
"¿Por qué somos tan fariseos de prohibir en la escuela la calculadora? 'Es que si no, aprenden a calcular a mano. ¿Qué será de ellos cuando no tengan una calculadora?', dicen los profesores. Pero esa situación es muy improbable... quizás cuando escalen el Everest. Pero ahí creo que se morirían de frío antes que por no poder hacer una multiplicación"."No creo que la solución sea reformar el currículum. La experiencia me dice que hacer un cambio curricular es la mejor forma de no cambiar nada. Lo que se debe transformar son las metodologías, la forma de hacer clases. Ésa es la clave en Chile, en España y en todas partes".
"Camila toma el dinero de su alcancía y gasta en un barquillo $399; además, se compra un chocolate de $150, quedándole $167. ¿Cuánto dinero tenía Camila en su alcancía?". www.sectormatematica.clIdeas probadasDos textos de María del Carmen Chamorro están disponibles en Chile. Se trata de "Didáctica de las Matemáticas Preescolar" (2005) y "Didáctica de las Matemáticas Primaria" (2003), en que presenta ideas concretas para que los profesores apliquen en la sala de clases. Ambos libros son editados por Pearson."No son reflexiones en abstracto, sino estrategias concretas, probadas en la práctica. Las he visto funcionar personalmente en colegios de las barriadas pobres de Madrid", explica Chamorro, quien dice que su idea era la de entregar a los maestros una ayuda para mejorar sus clases.
MARÍA DEL CARMEN CHAMORRO
Es licenciada en Ciencias Matemáticas y doctora en Educación. Ha escrito varios libros sobre didáctica de las matemáticas y, actualmente, dirige el Instituto de Ciencias de la Educación de la U. Complutense de Madrid.