(Extracto, de Eric Goles)
El caso más famosos que conozco es el que describe el neurólogo Olivier Sacks en su libro "El Hombre que tomaba a su Mujer por un sombrero", en que nos presentan a John y Michael, gemelos autistas que tenían la cualidad de Funes, el memorioso de Brges: recordaban con pelos y señales lo que habían hecho desde los 4 años, hasta los detalles más ínfimos, relatados como quien describe un paisaje impersonal, sin la más mínima emoción.
También en ellos aparece la anécdota de los fósforos, esta vez caen y los dos gritan: ¡ 111 ! John agrega 37, Michael repite este número 3 veces y la cuenta es correcta, 111 es ¡ 3 veces 37 ! Además tenían la capacidad instantánea de descomponer los números enteros en factores.
Un día. Sacka vio a los gemelos en una extraña actitud: susurraban en un rincón de una habitación del hospital, esbozando una misteriosa sonrisa que parecía testimoniar satisfacción y una profunda paz. Se acercó sin ser visto y escuchó, atónito, que intercambiaban números de 6 cifras. Al escucuchar el número propuesto por John, Michael sonreía y le lanzaba otro, así durante horas ....
Sack tuvo la brillante idea de copiar este diálogo numérico para comprobar posteriormente que todos, absolutamente todos los números "conversados" ¡Eran primos! Al día siguiente, provisto de una tabla de números primos de hasta 10 dígitos, Sacks se incorporó al curioso diálogo y les lanzó ahora un primo de 8 cifras .... sorprendidos los gemelos lo miraron, hicieron una pausa de algunos minutos y .... "comprendieron". Satisfechos, le propusieron otro primo, esta vez de 9 cifras y siguieron así hasta que se acabó la capacidad de la tabla .... cuando John le propuso un número de 12 cifras.
Horas después "conversaban" números, supuestamente primos, de más de 20 cifras .....
El caso más famosos que conozco es el que describe el neurólogo Olivier Sacks en su libro "El Hombre que tomaba a su Mujer por un sombrero", en que nos presentan a John y Michael, gemelos autistas que tenían la cualidad de Funes, el memorioso de Brges: recordaban con pelos y señales lo que habían hecho desde los 4 años, hasta los detalles más ínfimos, relatados como quien describe un paisaje impersonal, sin la más mínima emoción.
También en ellos aparece la anécdota de los fósforos, esta vez caen y los dos gritan: ¡ 111 ! John agrega 37, Michael repite este número 3 veces y la cuenta es correcta, 111 es ¡ 3 veces 37 ! Además tenían la capacidad instantánea de descomponer los números enteros en factores.
Un día. Sacka vio a los gemelos en una extraña actitud: susurraban en un rincón de una habitación del hospital, esbozando una misteriosa sonrisa que parecía testimoniar satisfacción y una profunda paz. Se acercó sin ser visto y escuchó, atónito, que intercambiaban números de 6 cifras. Al escucuchar el número propuesto por John, Michael sonreía y le lanzaba otro, así durante horas ....
Sack tuvo la brillante idea de copiar este diálogo numérico para comprobar posteriormente que todos, absolutamente todos los números "conversados" ¡Eran primos! Al día siguiente, provisto de una tabla de números primos de hasta 10 dígitos, Sacks se incorporó al curioso diálogo y les lanzó ahora un primo de 8 cifras .... sorprendidos los gemelos lo miraron, hicieron una pausa de algunos minutos y .... "comprendieron". Satisfechos, le propusieron otro primo, esta vez de 9 cifras y siguieron así hasta que se acabó la capacidad de la tabla .... cuando John le propuso un número de 12 cifras.
Horas después "conversaban" números, supuestamente primos, de más de 20 cifras .....
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