Por ejemplo, cuando explico el hiperespacio, menciono que de niño yo solía mirar durante horas el Jardín Japonés del Té, observando los peces carpa nadando bajo las hojas de nenúfar, viviendo en un mundo de dos dimensiones. Sus ojos apuntan al lado, y sólo pueden visualizar 2 dimensiones. Cualquier pez carpa científico se burlaría de la noción de una tercera dimensión, ya que el universo sólo sería lo que puede medirse, y el universo sólo sería el estanque. Entonces me imaginé que agarraba a este pez científico, y lo elevaba al hiperespacio, la tercera dimensión. ¿Qué vería? Vería seres moviéndose sin aletas. Una nueva ley de la física. Seres respirando sin agua. Una nueva ley de la biología. Bueno, hoy, muchos físicos sienten que nosotros somos peces viviendo en 3 dimensiones, sin conciencia de que puede haber hasta 11 dimensiones en nuestro verdadero “universo”.
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