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jueves, 10 de septiembre de 2009

una antigua noticia muy interesante .....

Domingo 4 de Septiembre de 2005
CIENCIA
El Premio Nacional de Ciencias Exactas cuenta sus "fórmulas": El teorema de Benguria
Que se dedique a la geometría espectral no impide que Rafael Benguria tenga opiniones muy aterrizadas sobre nuestro desarrollo científico, la PSU y el nivel de nuestra docencia.
ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ
"Me han tiritado las piernas".
Rafael Benguria (53) cuenta con sencillez que las manifestaciones de cariño tras su premio lo tienen "medio quebrado de emoción". Cuando pasamos junto a él por la sala de estudios de los alumnos de física y astronomía de la UC, los estudiantes lo saludan con un aplauso cerrado, alegre y espontáneo. Pareciera que el connotado físico matemático quisiera desaparecer de puro pudor. Luego se recupera y conversa con cada estudiante. Los que conoce bien, ya que es su director docente.
Más que sofisticados programas computacionales, Benguria cuenta que sus complejas investigaciones en el campo de la física matemática las realiza con dos instrumentos fundamentales: lápiz y papel. "Saco ecuaciones, compruebo las propiedades de los resultados. Como decía mi mamá, hago numeritos". Numeritos que han llevado a este científico -ingeniero eléctrico de la U. de Chile, doctorado en física en Princeton y posdoctorado en Rockerfeller- a convertirse en uno de los chilenos con investigaciones de alto impacto internacional, a través de publicaciones en medios científicos tan prestigiosos como "Annals of Mathematics".
La investigación constituye sólo un lado de la "ecuación vital" de Benguria. "Me encanta mi labor de investigador, pero lo que me llega al corazón es la docencia". Ha tenido más de cinco mil alumnos, de pregrado y posgrado, y en su labor como vicepresidente de la Academia de Ciencia se ha preocupado especialmente de la educación.Visión de la PSU
-¿Existe algún hito o momento especial que recuerde como importante para llegar a estas alturas del camino?"
Mis profesores. A ellos les debo mucho. Estudié con los hermanos maristas en el Instituto Alonso de Ercilla y le tengo un enorme cariño a mi colegio. Mi profesor de matemáticas, Justo Margalet, era fantástico, lleno de energía, muy motivador. Todavía hace clases. Después en la vida me di cuenta de que no todos los profesores eran tan buenos, aunque en la universidad también tuve grandes maestros, como Enrique Tirapegui, Romualdo Tabensky, Igor Saavedra, Patricio Cordero, Guillermo González. Y, por cierto, mi tutor en Estados Unidos, Elliott Lieb"."Ahora, si tuviera que mencionar un momento preciso, cuando tenía siete a ocho años, se me acercó en el patio el provincial de mi colegio, el hermano Benigno. Me dijo que iba a ser investigador. Ni siquiera entendía lo que significaba, pero nunca se me olvidó".
-¿Y cómo ve a los profesores escolares de 2005?"Hay alumnos que llegan con una excelente preparación, otros no tanto. Pero me preocupa el excesivo énfasis en cambiar los programas. Creo que la clave no es esa. Pueden haber programas excelentes y otros mediocres: la diferencia la hace el maestro. El camino va más bien por ahí, por mejores escuelas de pedagogía, ojalá con mucho contacto con las licenciaturas".
-En materia del ingreso a la universidad y la PSU, usted ha planteado opiniones muy claras."Desafortunadamente, el debate sobre la PSU, que debió haber sido técnico, se contaminó con asuntos políticos. Para nosotros, el efecto neto es que se suprimió la prueba específica de matemáticas, lo que lamento mucho. Había estudios muy rigurosos de las universidades de Chile y Católica en que se veía que era el mejor predictor, por lo menos en el área de ciencias exactas. La PSU de matemáticas es muy elemental, se satura, apela mucho a la memoria".
-¿Cómo repercute en concreto esta situación?"El año pasado me llegaron alumnos muy afligidos, contándome que fueron puntaje nacional en la PSU de matemáticas y que habían reprobado casi todos los cursos. Es que en esta PSU hay casi 1.500 alumnos que tienen casi todas las respuestas correctas, entonces no hay selección. Me preocupa la frustración de estos jóvenes y también la de muchos alumnos buenos que no llegan porque no hay una prueba específica de matemáticas. Pero tengo la esperanza de que la situación se remedie".
-Usted ha sido elegido como "mejor profesor" por los alumnos. Al enseñar, ¿cuáles son sus directrices? "Yo tuve excelentes maestros. Lo menos que puedo hacer es tratar de imitarlos. El fundador de mi colegio, Marcelino Champagnat, decía que si uno quiere enseñar bien debe amar a los alumnos. Sentir aprecio por los estudiantes ayuda a enseñar bien. Conocer los nombres, interesarse en sus vidas, hacerles un par de preguntas más allá de la materia. En cursos de casi 150 alumnos es cada vez más complicado, ojalá hubiese más profesores por alumno".
-Con una ciencia cada vez más especializada, ¿no cree que a muchos egresados les falta una mirada más amplia?"Estudié ingeniería en la U. de Chile. Allí estaba el Centro de Estudios Humanísticos y con José Ricardo Morales seguí una secuencia de cursos excelente, que me hizo cambiar la percepción de muchas cosas. Tuve historia del teatro: montamos a Ionesco. También historia de la arquitectura, historia del arte. Es buena la idea de ampliar el acceso a cursos de formación general, pero debiera ser una secuencia de cursos estructurada y centrada en alguna materia".Rafael Benguria trabaja en la facultad de Física de la UC. También su señora, María Cristina Depassier, quien se dedica a la física de fluidos. Tienen dos hijos, un futuro ingeniero eléctrico y otra que estudia matemáticas. Pese a la marcada inclinación familiar, cuenta que toca acordeón y que le encanta leer historia. "Historia universal, de Chile -hace poco estuve leyendo un libro de Simon Collier- e historia de la ciencia". Ha leído sobre la vida de muchos científicos y confiesa su especial admiración por el legado de Newton. "Descubrió tantas cosas relevantes en física y matemáticas, con muy pocas herramientas".
El área de investigación de Benguria es la física matemática, a la que derivó tras llegar a la Universidad de Princeton. "Allí había un grupo enorme de científicos de esa área, tal vez el mayor que se haya formado".Tres son las líneas de investigación fundamentales que ha seguido el Premio Nacional. Para tratar de explicarlas en términos sencillos toma aire y casi llega a transpirar del puro esfuerzo."La primera, en la que he trabajado con interrupciones durante 30 años, se refiere a la estabilidad de la materia". Se trata de formular modelos aproximados de mecánica cuántica para estudiar por qué la materia, desde el punto de vista eléctrico, es neutral. "Es importante porque la materia se puede cargar un poco -como cuando se atraen trozos de papel con un lápiz Bic-, pero no demasiado. Estudio cuán negativos pueden ser los átomos, por qué a un átomo de hidrógeno se le puede poner dos cargas negativas, pero no más".Su segunda línea de estudio salió de su profesor en Estados Unidos Mark Kac, un científico polaco que fue uno de los probabilistas más importantes del siglo XX. "Trabajé junto a él estudiando el movimiento browniano, que es el curso irregular que siguen, por ejemplo, las partículas de polvo en suspensión".La tercera línea, y tal vez la que le ha dado más notoriedad, surgió también de las ideas de Mark Kac, quien falleció en 1984. Kac realizó un famoso paper en el que se preguntaba si, a través del ruido o frecuencia de vibración de un tambor, se podía describir su forma.El científico contestaba que se podía determinar el área y el perímetro, pero deducía que no la forma. Después de la muerte de Kac, un grupo de investigadores demostraron que estaba en lo cierto. "Con un científico norteamericano empezamos en 1986 a investigar problemas relacionados con la pregunta del tambor. Son temas de geometría espectral, que estudian cómo la frecuencia de vibración determina propiedades geométricas".
"¿Por qué es importante?", se pregunta Benguria. Y se responde. "Porque es la única manera de entender la estructura de una materia que no vemos, cómo en el caso de los átomos. Sólo vemos el espectro, líneas espectrales cuando los electrones saltan de un nivel. Es una forma de conocimiento indirecto de lo que hay adentro del átomo".El doctor Rafael Benguria sonríe y descansa tras su esfuerzo de síntesis. La periodista también."Sería terrible desperdiciar este momento"
- En 1995 usted ganó una cátedra presidencial. Diez años después, ¿qué avances y retrocesos visualiza en nuestro desarrollo científico?"Casi todos están de acuerdo en que en la parte económica el país está bien ordenado, pero también hay consenso en que estamos en un punto de inflexión. No basta con tener la casa ordenada. Hay que llevar al país a un mayor desarrollo y eso pasa por avances importantes en ciencia y tecnología. Sería terrible no aprovechar la oportunidad que tenemos hoy y quedarnos paralizados. Debe haber un cambio, aunque tengo la impresión de que aún no hay una idea cien por ciento clara sobre cómo hacerlo".
-¿Debe haber áreas científicas prioritarias?"Fue algo que se dijo el año 1994 y que justamente coincide con el momento en que el gasto en ciencia y tecnología, que venía creciendo mucho, se estabiliza. Yo fui privilegiado, gané una cátedra presidencial, pero creo que se enfatizaron las áreas prioritarias y hubo un cierto olvido del hecho de que la ciencia y la tecnología deben ser un esfuerzo colectivo. No se trata de hacer ciencia mediocre, pero es necesario involucrar a mucha gente. La cantidad también es importante, como lo demuestran los casos de Corea, Finlandia, Irlanda".
-¿Qué medida concreta propondría?"Si pudiera conversar con el ministro Eyzaguirre, le hablaría de la importancia de Fondecyt. Ha sido un pilar fundamental, pero los fondos se han nivelado desde 1994. Hoy existe el doble de investigadores, con el mismo presupuesto. El presupuesto anual de mi proyecto Fondecyt ahora, nominalmente en pesos, es el mismo que a principios de los 90. Se podrían mejorar significativamente los fondos dada la situación económica y las necesidades futuras"."También me preocupan mucho los sueldos de los profesores universitarios que recién se están integrando. He hecho cálculos: el sueldo de profesor asistente hoy es un diez por ciento inferior al que yo tuve como profesor asistente hace 25 años (en moneda del mismo valor), aunque el PIB ha crecido significativamente. Estamos perdiendo gente, que es el recurso principal".
-¿Qué otras herramientas serían importantes?"Hay empresas, como las viñas, con un desarrollo tecnológico que no tiene nada que envidiarles a otros países. Han reclutado a doctores en distintas áreas, gente muy capaz. No así en otros sectores. Muchos estudiantes de ingeniería llegan a las empresas y no ocupan todas sus herramientas. En los países desarrollados, la mayor inversión en ciencia y tecnología viene de las empresas privadas".

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