Paul Dirac es conocido por ser uno se los fundadores de la mecánica cuántica y por haber predicho de un modo teórico la existencia de la antimateria. Pero la clave de sus éxitos en física fue debida a su fuerte convicción en la necesidad de que el Universo debía estar descrito en un lenguaje matemático, necesariamente, bello y elegante. Es imposible separar la física de Dirac con las matemáticas con las que la construye, para él "las leyes físicas deben ser matemáticamente bellas". Esta es la frase que resume toda su filosofía.
"Uno puede describir la situación diciendo que el matemático juega a un juego en el que él mismo inventa las reglas, mientras que el físico juega a otro en que las reglas vienen fijadas por la naturaleza, pero con el transcurrir del tiempo se hace cada vez más evidente que las reglas que los matemáticos encuentran interesantes son las mismas que ha elegido la naturaleza".Dirac se mantuvo toda su vida en un lugar muy especial para él, una especie de puente entre la física y las matemáticas. Desde él hizo incursiones muy productivas a un lado y al otro. Decía que Dios es un matemático del máximo nivel y que usó unas matemáticas muy avanzadas para construir el Universo.Curiosamente, Dirac era un gran ateo.
Al respecto, Pauli escribió bromeando en sus memorias: "Si entiendo correctamente a Dirac, él dice: no hay Dios, y Dirac es su profeta".Desde siempre tuvo una manera muy peculiar de hacer ciencia al estilo de "jugar con las ecuaciones". Rememorando su vida, dice a los sesenta años:"Creo que es una de mis peculiaridades el que me gusta jugar con las ecuaciones, siemplemente buscando relaciones matemáticas bellas que quizá no tengan ningún significado...
Algunas veces sí lo tienen".La fe en la belleza matemática fue tan decisiva para Dirac que le otorgaba confianza ciega en la validez de una teoría y sus predicciones. Sobre la mecánica cuántica decía:" Su formalismo es tan natural y bello como para hacernos estar seguros de su corrección". Además:" Uno debe estar preparado para asumir las consecuencias de la teoría...sin importar a donde le lleven". Esto me recuerda lo que afirmo en el primer post que publiqué en La bella teoría: El progreso de la ciencia necesita del científico/poeta capaz de cambiar el marco de nuestra visión miope de la realidad. Cambiando las referencias de partida las preguntas más complejas se convierten en respuestas obvias. Cada vez que las preguntas se complican necesitamos reformularlas dentro de un nuevo marco en el que se hace imprescindible la valentía del artista/científico y el rigor del científico/artista.
Al otro gran padre de la mecánica cuántica, Erwin Schrödinger, le unió su misma pasión por la belleza matemática:" De todos los físicos que conocí creo que Schrödinger era el más parecido a mí. En muchas ocasiones el acueredo con él era mucho más rápido que con nadie. Creo que el motivo es que los dos teníamos una gran apreciación de la belleza matemática, y esta consideración dominó todo nuestro trabajo. Era como un acto de fe para nosotros el que cada ecuación que describe las leyes fundamentales de la naturaleza debía tener un alto grado de belleza matemática en ella. Era como nuestra religión, una religión muy provechosa, que puede ser considerada como la razón de muchos de nuestros éxitos."Paul Dirac compartió en 1933 el Premio Nobel de Física con Erwin Schrödinger "por el descubrimiento de nuevas teorías atómicas productivas". Podemos compararlo con Newton, con Maxwell y con Einstein, como uno de los genios de todos los tiempos que más han contribuido a que avanzara nuestro conocimiento del Universo. Tuvo la valentía necesaria del artista/científico y el rigor del científico/artista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario