El Thyssen-Bornemisza inicia la temporada con la exhibición de una nueva instalación formada por algunas obras pertenecientes a su Colección Permanente, en la que el espectador tiene la oportunidad de introducirse en la obra y convertirse en protagonista. El cubo abierto, del artista chileno Matta, reproduce exactamente el proyecto tal y como el autor lo presentó en la Galerie Alexandre Lolas de París, en el año 1966, y pretende celebrar el centenario del nacimiento de Matta.
El montaje está formado por cinco grandes cuadros que pertenecen al museo, pero que no se muestran habitualmente como se pueden contemplar ahora. Un gran lienzo en el fondo (Grandes expectativas), dos en los laterales (El proscrito deslumbrante y El dónde en marea alta) y dos colgados del techo (Donde mora la locura A y Donde mora la locura B) forman una especie de “cubo abierto”, como lo describió Matta.
El objetivo que buscaba el autor con su instalación era sumergir al público en su universo pictórico y situar al espectador frente a la pieza colocándolo en el centro convirtiéndolo en una de sus seis caras. “He intentado hacer como si estuviera situado en el centro del cubo y el lienzo, en lugar de ser una ventana delante de mí, fuera una de las seis caras del cubo”, escribió el propio artista en 1965.
Estudio de la cuarta dimensión
Matta (Santiago de Chile, 1911- Civitavecchia, 2002) mantuvo durante toda su trayectoria un gran interés por el estudio del espacio y su representación. Según explica la comisaria de la muestra, Marta Ruíz del Árbol, el artista exploró las tres dimensiones, hasta que se da cuenta de que “tiene que rebasar a la cuarta dimensión”.
Matta (Santiago de Chile, 1911- Civitavecchia, 2002) mantuvo durante toda su trayectoria un gran interés por el estudio del espacio y su representación. Según explica la comisaria de la muestra, Marta Ruíz del Árbol, el artista exploró las tres dimensiones, hasta que se da cuenta de que “tiene que rebasar a la cuarta dimensión”.
La investigación espacial fue una de las preocupaciones centrales de su pensamiento artístico. De ahí que El Cubo Abierto fuera para Matta la obra de arte total, ya que rodea al espectador y lo convierte en su protagonista. Ahora, se pueden ver los cinco lienzos expuestos tal y como los ideó el artista.
En la obra se aprecian colores muy fuertes y podemos ver referencias a las culturas precolombinas, incluso al mundo del comic. Además, y tal como señaló Ruíz del Árbol, también tiene relación con el psicoanálisis y el subconsciente.
Junto a la instalación se expone también otra pintura de Matta de la colección del museo: Sin título, 1942-1943.
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