2) Se paciente y constante: No abandones a la menor dificultad. Algunos problemas se te pueden resistir horas e, incluso, días o semanas.
3) Concéntrate en lo que haces: Resolver problemas es una actividad mental compleja. Requiere poner en tensión todos nuestros resortes mentales.
4) Busca el éxito a largo plazo: Aprender a resolver problemas es un proceso lento. Los frutos tardarán un cierto tiempo en llegar. Tal vez al principio tengas sentimientos de ansiedad, de fracaso, de subestima, pero cuando notes los progresos sentirás una gran satisfacción.
5) Da por bueno el tiempo empleado: Ten la seguridad de que todo tiempo que dediques a esta tarea ha sido sumamente provechoso. Aunque no hayas sido capaz de resolver un problema!
6) Sácale partido a los buenos problemas: Un buen problema es una magnífica fuente de aprendizaje. Aunque ya lo hayas resuelto (con o sin ayuda), vuelve a él al cabo del tiempo. Intenta resolverlos de nuevo. Reflexiona ....
(Matemáticas aplicadas a las ciencias sociales, Bachillerato ANAYA, España)
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