"Educar no es llenar un recipiente, sino encender una hoguera ..."

por amor a las matemáticas .....

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"Yo vivo de preguntar, saber No puede ser lujo" (Sylvio Rodríguez)

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Rivers de Ennio Morricone

Pienso en MATEMÁTICAS ..... pero NO sólo en esto

jueves, 19 de septiembre de 2013

botones y decimales ....

Tardó algún tiempo en comprender lo que estaba pasando.
El encargado no le conocía de nada, pero una vieja amiga había conseguido conmoverle con su caso, una historia vulgar, intercambiable por las de otros miles de jóvenes de su edad, y que precisamente por eso le había afectado tanto. Llevaba mucho tiempo dejándose abrumar por los titulares de los periódicos como para no hacer nada. Se había indignado tantas veces que, cuando se le presentó una posibilidad de actuar, no lo dudó. Así había recomendado a aquel chico de 24 años que había dejado de estudiar antes de terminar la Secundaria para trabajar en la construcción y ganar durante algún tiempo mucho más dinero que su padre, luego sólo un poco más, después lo mismo, al final nada. Yo lo conozco desde que era pequeño, le había contado su amiga, y es muy bueno, serio, responsable, te lo digo de verdad, pero hace más de dos años que no trabaja y está desesperado…
Era el saldo de los pelotazos que habían arrancado a tantos estudiantes de sus pupitres”
Le hizo una entrevista y le gustó. A su jefa también le gustó, y decidió ponerle a prueba en un antiguo almacén de mercería del centro de Madrid, el universo en miniatura de cintas y botones, galones y cremalleras, hilos, y adornos, y encajes, que presume con razón, desde hace un siglo, de tener una representación significativa de todas las mercancías del ramo. Por esa razón, al enseñarle el depósito, el encargado le advirtió que el trabajo en la trastienda era exigente, complicado. Después le dio una bolsa con 20 gramos de plumas, le pidió que preparara 20 bolsas de un gramo y esperó. Aunque el aprendiz podía utilizar una balanza de precisión, él sabía que aquel encargo era mucho más difícil de lo que parecía. La mayoría de los aspirantes que le habían precedido habían logrado entregar 18, a veces 17, unos pocos 19 bolsas. Pero él llenó 20, ni una más, ni una menos, y siguió trabajando con la misma concienzuda disciplina, un afán de perfección que, después de las plumas, resistió la prueba de las lentejuelas, tan livianas, y la clasificación por tamaños o colores de toda clase de menudencias.
Entonces, el encargado respiró, convencido de que su protegido había hecho ya lo más difícil. Y el primer día que hizo falta una persona más en el mostrador fue a buscarle, le dio una calculadora, una libreta, le explicó que tenía que apuntar los precios en un papel, dárselo al cliente para que pagara en la caja, y se olvidó de él. Cuando la cajera le llamó un momento, después de cerrar, no entendió por qué no cuadraban los números. Ella tampoco acertaba a explicárselo. Los dos sabían que el problema tenía que estar en aquel chico, porque los demás empleados llevaban mucho tiempo trabajando sin contratiempos, pero ninguno de los dos lo dijo en voz alta. Tampoco habrían podido imaginar su causa, la confesión que el encargado le arrancó, con mucho esfuerzo, a un chico consumido por la vergüenza.
–Pues va a haber que echarle –sentenció la jefa.
–No, por favor –insistió él–. Dele otra oportunidad.
–Lo que le doy es una semana.
Porque aquel chico honrado, concienzudo, trabajador, no sabía sumar ni multiplicar con decimales. Eso, pensó el encargado, era el saldo de la bonanza económica española, de los años de las vacas gordas, los pelotazos que habían arrancado a tantos estudiantes de sus pupitres para ponerles entre las manos la manivela de una hormigonera. A él siempre se le habían dado mal las matemáticas y había dejado el instituto de mala manera, demasiado pronto, con demasiadas asignaturas pendientes. A mano era incapaz de calcular el precio de los pedidos y con la calculadora se ponía tan nervioso que se equivocaba la mitad de las veces. Lo siento, dijo al final. No, no lo sientas. Lo que tienes que hacer no es sentirlo, sino es ponerte a estudiar.
Tenía una semana, y no le dejaron desperdiciarla. Sus padres, la madre de su amiga, sus amigos, la cajera, el encargado, estuvieron siete días encima de él. No le dejaron aprovechar el tiempo libre para comer, ni salir a su hora, ni ver a sus amigos. Durante horas y horas, estuvo haciendo cuentas, resolviendo los problemas de los que dependía el supremo problema de su futuro. Vamos a ver, 7 corchetes a 0,30 la unidad, 4 metros de cinta de organza a 0,48 el metro y 12 botones a 0,80…
Ahora, cuando le ven despachar, acertar con las comas sin pararse a pensarlo, todos piensan que ha merecido la pena. Él, además, maldice el día en el que se le ocurrió dejar de estudiar.

¿Dónde encontrar noticias matemáticas MUY entretenidas?

17

'Las 17 ecuaciones que cambiaron el mundo'

El catedrático de Matemáticas en la Universidad de Warwick Ian Stewart (Inglaterra, 1945) es el autor de un libro que pasea por 17 fórmulas que han marcado el rumbo de nuestra historia. Tanto a nivel científico para la comprensión, descripción y predicción de nuestro entorno, como para la creación y desarrollo de tecnología como la televisión o el GPS, entre tantos otros. El libro, publicado por Crítica, responde a una doble necesidad para Stewart "Sin las matemáticas nuestro mundo no existiría tal y como lo conocemos. Los grandes descubrimientos matemáticas han cambiado el mundo y quiero que se sepa". Para el inglés el hecho de que una amalgama de números y símbolos tienda a intimidar ha sido otra de las motivaciones para escribir el libro. "Las ecuaciones tienen fama de asustar y yo quería desmitificarlas y mostrar su belleza y significado". Todas las imágenes de este fotorrelato han sido seleccionadas por el matemático inglés, Ian Stewart, y forman parte del libro.


Placer en la mates ....

El placer de las matemáticas
Sergio Delgado Salmador Madrid 22 MAY 2013 - 00:50 CET

Uno de los recuerdos menos agradables del colegio para una dilatada lista de adultos -y de niños actualmente- lo forman las matemáticas. "Aquello de los números" se convirtió en un martirio gracias a explicaciones complejas, símbolos ininteligibles y largas y tediosas demostraciones. Por eso, Steven Strogatz, autor de 'El placer de la x' (Taurus) y profesor de Matemáticas Aplicadas en la Universidad de Cornell (Estados Unidos), se ha aventurado a desmitificar la materia. "Quiero trasladar la idea de que las matemáticas pueden ser bonitas y que pueden ser una fuente de placer, felicidad y fascinación, no solo dolor", comenta antes de echar a reír durante una conversación en Skype. Su nuevo trabajo, anuncia, no está pensado ni enfocado hacia los expertos en la materia, sino que está dirigido a aquellas personas a las que les aterran o que han tenido "malas experiencias" con las matemáticas. Su objetivo, en realidad, es ayudar a entender la materia y explicar qué tiene de entretenido esta rama científica. En su nuevo trabajo el estadounidense recorre numerosos aspectos de las matemáticas, desde los conceptos más básicos -como la suma y la resta- hasta, literalmente, el infinito. Para ello, el estadounidense parte en cada capítulo de la explicación más sencilla posible y, paso a paso, desarrolla una serie de razonamientos para alcanzar la complejidad. Y todo ello entrelazado con un sentido de humor a priori no imaginable.


Aquí donde las mates MOLAN ....

Con siete años Glen Whitney ya empezó a aficionarse a los números primos. Tal era su obsesión por tener más inteligencia que le pedía a su madre pescado todos los días para comer. Nunca fue un niño común. Este geek obsesionado con las cifras es el creador del MoMath, el museo de las Matemáticas de Nueva York, un centro de exposiciones interactivo que, desde su apertura a finales de 2012, se ha convertido en visita obligatoria para los que llegan la ciudad con niños. En pleno Midtown, al lado del Madison Square Park, el MoMath (11, East 26th Street) logra parte de su financiación gracias a Google, y supone una nueva atracción familiar en el corazón de Manhattan. “Las matemáticas son difíciles de explorar, pero los niños que son buenos exploradores son capaces de lanzar ese mensaje social que queremos trasladar de amor a las matemáticas”, afirma Whitney.
El MoMath es un museo cien por cien interactivo con más de 40 instalaciones en las que los niños (y mayores) saltan, juegan, gritan y aprenden un poco más de matemáticas y de su uso científico y social. Así, los visitantes se convierten en árboles humanos en el Human Tree, que traslada tus movimientos y los convierte en ramas; también puedes transformar tu ropa en fórmulas matemáticas gracias al Pattern Pants; deslizarte por el Coaster Rollers subido a un triángulo y darte cuenta de que sin ruedas también puedes desplazarte. Incluso bailar en la gigante Math Square, que detecta tus movimientos y los convierte en un pequeño laberinto de color en una pantalla gigante en el suelo.
El Wheeled Trike, un triciclo con ruedas cuadradas.
Este museo cuenta con múltiples atracciones didácticas con personal de apoyo que explica en todo momento el porqué y cómo de esa instalación. Lo que nadie te contará es que, cuando te subas al Wheeled Trike, un triciclo con ruedas geométricas, tendrás la misma sensación que esquivar a turistas en la Quinta Avenida, pero con la salvedad de que en el MoMath sentirás el deseado aire acondicionado de Nueva York.

Uno bien interesante de ISOMETRIAS !!!!

¿Cómo resolverlo si habla de isometrías indefinidas en número de ellas?
es decir, puede ser una rotación y una reflexión .... o dos rotaciones y .... o 7 rotaciones y ....
¿Qué hacer?


Un buen blog para Matemáticas Secundarias en España

martes, 17 de septiembre de 2013

Un gran profesor y un gran hermano ....

Que buena foto !
en ella, a la izquierda mi recordado profesor de Mates, don Bernardo González
a la derecha, mi hermano querido, Ricardo Escobar, profesor de Física y Matemáticas.
Estoy feliz de ver bien al gran profe, de mi ramo preferido
(cuestión donde él tiene mucha parte)
y hace tiempo que quería tener noticias de él y saber que está bien.
Don Bernardo González fue (y es) un gran profesor,
un "SECO" como dicen ahora en los colegios,
ágil, alerta, con un dominio excepcional de todos los contenidos
diseñador de buenísimas guías y evaluaciones,
nos pasó materias de Universidad, nos vinculó a textos de alto nivel,
y varias veces nos trató de asomar a la matemática del asombro, hoy tan en boga:
naturaleza y números de Fibonacci, la belleza del triángulo de Pascal, etc, etc.
Bueno, me encantaría poder tener una conversa con él .... quizás más adelante
lo logremos algún día ....
Un saludo a de su discípulo y seguidor ....