Experta propone seis principios que potencian la creatividad
La creatividad "es un músculo que se debe ejercitar", dice la psicóloga Nicole Moreau de la Meuse. Y aunque puede tomar tiempo, el resultado es mejor calidad de vida y menos estrés.
Paula Leighton N.
"No todos vamos a convertirnos en Miguel Ángel o Steve Jobs, pero ser creativo es un privilegio de todos", sentencia Nicole Moreau de la Meuse, psicóloga y profesora de creatividad empresarial en la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica.
Tal privilegio se debe a que "la creatividad es una habilidad de adaptación y sobrevivencia humana". Sin embargo, "este es un músculo que hay que ejercitar", advierte la experta, que esta semana dictará una conferencia sobre este tema en el ciclo Encuentros de "El Mercurio".
Aunque se trata de una tarea a la que hay que dedicarle tiempo y estar dispuesto a cometer errores, a cambio "se gana en calidad de vida, se reduce el estrés y ¡la vida se vuelve mucho más entretenida!", asegura desde la Universidad de Stanford, EE.UU., donde la semana pasada concluyó una estadía de casi tres meses como profesora visitante.
Para aumentar la creatividad, Nicole Moreau de la Meuse propone cultivar seis principios:
1 Buscar siempre alternativas : la mayoría de las personas se queda tranquila cuando encuentra 'la' solución que buscaba, como si fuera la única posible. "Pero si nos obligamos a mirar las cosas desde una perspectiva diferente, es muy probable que lleguemos a otras soluciones que no son las que han pensado todos". Por eso, señala la psicóloga, "es bueno hacerse el hábito de buscar siempre más de una alternativa frente a un problema o desafío, aun cuando estemos satisfechos con la primera opción que encontramos".
2 Probar lo desconocido : para estimular la creatividad, explore. Parta con cosas cotidianas, como variar la marca o el sabor del producto que siempre compra, o probar un plato totalmente distinto del que siempre elige en un restaurante. "Ser un explorador, mirar, preguntar y escuchar, buscar ideas fuera de nuestras áreas o 'zona de confort', permite ir ampliando el espectro de conocimientos y poder así integrar diversas visiones al buscar soluciones a un problema".
3 Asumir riesgos y estar dispuesto a equivocarse : el miedo al fracaso y al 'qué dirán' paraliza. Sin embargo, "por lo general, uno va a tener que experimentar muchos fracasos antes del éxito. Lo importante es ser tolerante con los errores propios y ajenos y aprender de esos errores".
4 Convertir 'problema' en 'desafío' : esto permite enfrentar los obstáculos como oportunidades. "Un problema se ve estático y negro. Un desafío es algo positivo, algo que vas a enfrentar y sobre lo que puedes tener injerencia y eso reduce la ansiedad y el estrés". Además, dice, es una oportunidad de poner a prueba nuestra creatividad.
5 Tomar la iniciativa : Si hace tiempo no ve a amigos o familiares porque nadie ha tomado la iniciativa de invitar, ¿por qué no lo hace usted mismo? No asuma que otro va a comenzar el cambio. "Para ser creativo, hay que ser actor de tu propia vida, no espectador", precisa.
6 Cuestionar las reglas y supuestos : "La vida no viene con instrucciones", afirma. Por eso es importante ser flexibles para adaptarse y crear nuevas realidades. "Hay reglas que, a veces, mantenemos solo por costumbre o hábito. Por eso es importante evaluarlas con cierta periodicidad. La historia está llena de hechos que muestran cómo se han desafiado las reglas para crear algo nuevo. Beethoven rompió las normas de cómo se debía componer una sinfonía, y Einstein lo hizo con la física de Newton".
Si en el camino por potenciar la creatividad, de pronto flaquea o duda en tomar un riesgo, la psicóloga sugiere echar mano a dos preguntas: "¿Qué es lo peor que me podría pasar?" Habitualmente, la respuesta indica que nada es tan grave ni definitivo como para no dar el paso. La segunda interrogante, concluye, es "¿Y por qué no?".
Criar soltando el columpio
"Si columpia a su hijo, suelte las cuerdas del columpio", dice Nicole Moreau de la Meuse, en una analogía de las actitudes paternas que por evitar que les pase algo o sufran, los acostumbran a recibir todo resuelto y a no tolerar la frustración. Para incentivar el pensamiento creativo en los hijos, sugiere no ser tan directivo y controlador, incentivar a los niños a expresar sus ideas, reducir el tiempo de TV y videojuegos y volver a lo básico: "Una caja vacía ofrece miles de posibilidades de jugar, a diferencia de los juegos tan sofisticados que no dan ninguna posibilidad de crear".
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