Lunes 31 de Diciembre de 2012
Estrategias para incentivar la curiosidad de los niños:
Los padres también tienen que aprender a no temerles a las matemáticas
De esta forma es más fácil ayudar a los hijos en las tareas y quitar el estigma de "terrible" a la materia. Frases como "somos todos negados para los números" deben desaparecer del vocabulario.
MARGHERITA CORDANO F. Es el dolor de cabeza de muchos. Algunos le tuvieron miedo de niños y hoy, ante el más mínimo "¿me ayudas con este ejercicio?" vuelve la sensación de no estar seguro de lo que se hace, de confundir la fórmula o de enseñar métodos que ya están pasados de moda.
Así, las matemáticas se han ido transformando en una disciplina que asusta a una importante mayoría de papás con niños en educación básica, aquellos que piden más ayuda para sus tareas y pruebas.
Lo comprobó el matemático israelí Ron Aharoni durante los tres años que pasó haciendo clases en una pequeña escuela en el pueblo de Maalot, al norte de su país. El trabajo -que complementó con investigaciones en el Instituto de Tecnología de Israel, donde actualmente colabora- lo llevó a escribir una guía para ayudar a los apoderados más preocupados.
"A mucha gente le gustaría poder ayudar a sus hijos a solucionar los problemas, pero suelen tener miedo de enfrentarse a una materia que recuerdan como una de las experiencias terribles de la infancia", escribe en el prefacio de "Aritmética para padres y madres: un libro para adultos sobre la matemática escolar".
"No obstante, se olvidan de que son muchas las herramientas que han adquirido desde aquellos tiempos en que eran estudiantes. Un adulto tiene más autocontrol, pues cuenta con habilidades de abstracción, puede lidiar con oraciones complejas y tiene la paciencia de esperar hasta entender la idea completa", dice el autor. Aharoni se encuentra de visita en el Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile (CIAE) para promocionar el lanzamiento de su libro en español, que en el país cuenta con el apoyo de la Academia Chilena de Ciencias y el Ministerio de Educación.
En todas partes
"El primer consejo que doy a los papás es que muestren que las matemáticas están a su alrededor. A los niños hay que enseñarles que no es una disciplina de genios, sino que, como en todo, hay gente que destaca más que otra, pero donde la gran mayoría la construye y usa de forma normal. Hay matemáticas en el supermercado, en las tiendas y en los juegos de consola, que tienen códigos y jerarquías", indica Lorena Espinoza, doctora en didáctica de las matemáticas y directora del Centro Félix Klein de la Universidad de Santiago.
Ron Aharoni concuerda. Bajo su filosofía, es importante que los papás repasen conceptos como los números mixtos o las proporciones, pero más importa que sepan transmitir seguridad a sus niños, formando una base de confianza y cotidianidad que los ayude a querer adquirir conocimiento.
"Su rol es cimentar la base. La matemática se aprende por capas, y si fallas en la primera, es muy probable que falles en todo el resto. Por lo mismo, es fundamental ser concreto. Si el niño está aprendiendo a sumar, en vez de hacer que imagine el concepto, toma botones y haz que los tenga en sus manos, que los cuente directamente", dice el matemático.
"No son cosas difíciles de hacer, pero los papás simplemente no lo hacen. En el caso de los hijos más grandes, cuando los conceptos empiezan a ser más complejos, conviene preguntarles constantemente por qué hacen el proceso que hacen. Hay que estimularlos a pensar, a no aprenderse las cosas de memoria", agrega.
"Hay que hacerles creer que se la pueden. Para eso hay que sacar del vocabulario frases como 'es que en esta casa todos somos negados para los números' o 'yo era igual que tú, nunca pude aprenderlo bien'", dice Espinoza. "Aunque así lo sientan, si se dejan de lado esas palabras los niños se van a interesar más. En cambio, si no se evitan, la idea del fracaso termina convirtiéndose en una profecía autocumplida", dice Espinoza.
Los profesionales concuerdan en que el papel que deben desempeñar los papás es el de fomentar los juegos matemáticos con situaciones del día a día: separar porciones de comida, crear ecuaciones con las patentes de los autos o contar el vuelto del almacén.
"Los padres se equivocan si piensan que su rol es el de enciclopedia. No, ellos deben estimular el pensamiento. Puede que sea difícil entender los conceptos de negatividad en los números, pero si vas a la playa y le pides a un niño que piense en el mar como punto cero, es más fácil explicarle que al sumergirte estás en lo negativo. Si vuelves a subir, te acercas a lo positivo", ejemplifica Alicia Jofré, profesora básica y psicopedagoga de la Universidad Andrés Bello.
Voces con experiencia"Todo padre está capacitado para entregar seguridad a su hijo. Es fundamental que se preocupen de formar niños con confianza, porque en las matemáticas, así como en una casa, si la base no es sólida, la estructura que sigue se va a caer".
Ron Aharoni, doctor en matemáticas israelí.
"Como en otros ramos, a los niños hay que preguntarles qué fue lo que más les interesó de estudiar matemáticas. Hay que interesarse en sus logros y no partir de la base de que, como esto es difícil, mejor no le pregunto porque seguramente no supo hacerlo".
Lorena Espinoza, centro Félix Klein USACh.
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