La rebelión de los números
Autor: Antonio de la Fuente Arjona
ESCENA 2 UNA PUERTA EN LA PIZARRA
(Estamos en plena clase de matemáticas. Los alumnos en sus pupitres y el profesor junto a la pizarra intentando explicar su lección.
Hoy toca Polígonos, pero parece que el tema no suscita mucho interés entre los alumnos: unos bostezan descaradamente, otros cuchichean a escondidas, otros juegan con el móvil...)
PROFE DE MATES: (Trajeado y con grandes gafas, un poco chapado a la antigua.) …Un polígono es la porción del plano limitada por líneas rectas. Los elementos de un polígono son: los lados, los vértices y los ángulos. Los polígonos pueden clasificarse según su número de lados y según la medida de sus lados y sus ángulos…
(De pronto un avioncito de papel vuela por la clase, risa general.)
PROFE DE MATES: ¿Pero esto qué es? ¿Quién ha sido?
(Silencio. MARCOS, lentamente y un poco avergonzado, levanta la mano.)
MARCOS: He sido yo.
PROFE DE MATES: Marcos, me lo imaginaba…
MARCOS: Sólo quería demostrar que los polígonos también vuelan.
(Más risas.)
PROFE DE MATES: Qué gracioso… (Recoge el avión del suelo y lo mira: es casi un triángulo perfecto.) Pero por una vez no estás equivocado, ¿qué figura tenemos aquí? (Busca a quién preguntar.) A ver, a ver… esto… Silvia…
(Todos miran a SILVIA que está acodada sobre su mesa, parece profundamente dormida.)
PROFE DE MATES: ¿Silvia?... ¿No me has oído o es que no sabes la respuesta? (Se acerca más a ella.) ¿Silvia?...
(De pronto SILVIA suelta un ronquido espectacular y el PROFE DE MATES da un salto hacia atrás del susto. Todos se ríen a carcajadas y SILVIA despierta.)
SILVIA: ¿Qué, qué pasa?
PROFE DE MATES: ¡Pero bueno! (Ante el revuelo general intenta imponerse sin éxito.) ¡Señores, un poco de orden por favor! No sé qué os sucede hoy pero estáis insoportables y como sigáis así yo me marcho.
SILVIA: (Realmente arrepentida.) Perdóneme, Profe, pero es que en cuanto empieza la clase de matemáticas me da un sueño… (Y bosteza.) ¡Uy!, perdón.
OMAR: Es que las mates son un poco rollo.
SARA: Yo no puedo con ellas.
MARCOS: ¡Pues anda que yo!
PROFE DE MATES: ¿Pero no os dais cuenta que las matemáticas forman parte de nuestra existencia?
CHEMA: ¿De verdad?
PROFE DE MATES: Pues claro. Piénsalo bien, te despierta la alarma de un reloj y gracias al reloj sabes en qué hora vives y alrededor del reloj sueles organizar tu jornada, coges un autobús para venir a la escuela y gracias a que tiene un número en el morro sabes qué autobús es el tuyo y a dónde te lleva. Y esto por poner solo un ejemplo. Los números y las matemáticas están en tu vida diaria desde que te levantas hasta que te acuestas…
CHEMA: ¡Buf!, qué agobio, ¿no?
PROFE DE MATES: Nuestro mundo sería un caos absoluto sin los números, si no fuera por las matemáticas no sé qué sería de nosotros…
MARCOS: Pues por mí como si desaparecen todas, mejor, para lo que las quiero… Las matemáticas sólo sirven para complicarnos la vida, ¿a que sí?
CHEMA: Estoy totalmente de acuerdo.
SARA: ¡Y yo!
RÓBER: La verdad es que a veces son un poco difíciles…
OMAR: ¿Sólo a veces?
MARCOS: ¡Fuera las matemáticas! ¡Fuera las matemáticas!...
(Los demás se unen también a los gritos de MARCOS, algunos incluso siguen el ritmo golpeando en la mesa. Únicamente RÓBER se mantiene al margen un poco asustado. El PROFE DE MATES pone cara de no saber qué hacer.)
TODOS: ¡Fuera las matemáticas! ¡Fuera las matemáticas!...
(Sobre todo ese griterío suena de pronto un trueno que retumba violento por toda la sala, las luces parpadean dos o tres veces antes de producirse un apagón.)
CHEMA: ¿Qué ha pasado?
SARA: ¿Qué ha sido eso?
MARCOS: ¿Pero quién ha apagado la luz?
RÓBER: Oh oh, esto no me huele nada bien…
(La luz vuelve poco a poco, con pequeños parpadeos, como si le costase regresar con toda su fuerza.)
OMAR: (Aplaudiendo.) ¡Por fin!
SILVIA: ¿Y el Profe?
CHEMA: Es cierto, el profesor no está…
SARA: Habrá ido a mirar qué ha pasado con la luz.
MARCOS: O ha cumplido su amenaza y se ha ido de clase…
RÓBER: (Está como hipnotizado mirando la pizarra.) Yo creo que no se ha ido, o por lo menos, no voluntariamente…
SILVIA: ¿Por qué dices eso Róber?
RÓBER: Mirad lo que hay escrito en la pizarra.
(Los demás se acercan a mirar.)
SARA: Eso no estaba antes del apagón.
RÓBER: Esto es muy raro…
SILVIA: Parece un mensaje, ¿no?
CHEMA: (Leyendo.) SEIS LADOS IGUALESFORMAN UNA PUERTA EXTRAÑAPERO PUERTA AL FIN Y AL CABO.SI LOGRAS DIBUJARLA SE ABRIRÁ PARA TI.
OMAR: Muy bonito, ¿y eso qué quiere decir?
RÓBER: Es una especie de enigma geométrico.
MARCOS: (Con cara de no entender nada.) ¿¿Enigma qué??
RÓBER: Geométrico.
MARCOS: (Resoplando.) ¡Bueno!, ya estamos de nuevo con las matemáticas.
SARA: (Releyendo lo escrito en la pizarra, intentando entenderlo.) “SI LOGRAS DIBUJARLA SE ABRIRÁ PARA TI”… Hay que dibujar una especie de puerta en la pizarra y entonces se abrirá o algo así, ¿no Róber?
OMAR: ¿Pero cómo va a haber una puerta en la pizarra si detrás de la pizarra hay una pared y detrás de esa pared solamente está la clase de 3º B?
SARA: Habrá que comprobarlo, ¿no te parece?
MARCOS: ¿No será todo esto una broma o que el Profe quiere tomarnos el pelo?
SILVIA: Yo estoy con Sara y Róber. El profesor de matemáticas ha desaparecido y alguien ha dejado este misterioso mensaje para nosotros.
CHEMA: ¿Y entonces qué hacemos? ¿Contratamos a un detective?
SARA: ¿Un detective?... No es necesario, para eso estamos nosotros.
RÓBER: ¿Cómo nosotros?
SARA: (Ilusionada.) Pero amigos, ¿no os dais cuenta?, está claro que éste es un nuevo caso para nosotros, para “¡Los Últimos…
(Todos se miran extrañados, pero rápido comprenden y juntos acaban la frase.)
TODOS: …de la Clase!” (Se reúnen en un corro, juntan sus manos y lanzan su grito de guerra.) ¡Los Últimos de la Clase!...¡¡Los últimos serán los primeros!!
CHEMA: Muy bien, pues manos a la obra.
(CHEMA se acerca a la pizarra, coge una tiza y empieza a dibujar un gran rectángulo.)
SARA: ¿Pero qué haces, Chema?
CHEMA: Pues dibujar una puerta como dice el enigma geométrico ése.
RÓBER: Sí, pero no da igual la puerta que se dibuje.
CHEMA: Mira Róber, una puerta es una puerta la mires por donde la mires y todas son rectangulares.
RÓBER: Ésta no.
CHEMA: Ahora lo veremos. Hasta le voy a poner el pomo a la puerta para que te quedes contento. ¡Ya está! ¿Ves qué bonita ha quedado?... ¡Vamos, seguidme todos!…
(Nadie se mueve, dudan del resultado. Pero CHEMA sigue adelante y queriendo atravesarla choca con la pizarra: ¡¡PLOM!! Del tremendo golpe, CHEMA rebota y cae al suelo. Todos se ríen menos SARA que corre a ayudarle.)
SARA: ¡Vaya golpe! ¿Estás bien, Chema?
CHEMA: (Todavía un poco atontado por el porrazo.) ¿No se ha abierto?
SARA: ¿El qué? ¿Tú cabeza?
CHEMA: No, la puerta.
SARA: Pues no, no se ha abierto.
CHEMA: Me parece que la respuesta no era la correcta, ¿verdad?
RÓBER: Es que ahí lo pone bien claro: “SEIS LADOS IGUALES FORMAN UNA PUERTA EXTRAÑA”, seis lados, Chema y no cuatro que son los que tú has pintado para hacer tu rectángulo o cuadrilátero, es decir, de cuatro lados. (RÓBER según habla se va poniendo un poco en plan profesor.) ¿Y cuál es el polígono que tiene seis lados?
SILVIA: El hexágono, ¿no es así?
RÓBER: ¡Exactamente!
OMAR: Que además de seis lados tiene también seis ángulos, ¿no?
RÓBER: Así es. ¿Y qué hexágono está formado por seis lados (y silabea remarcando bien la palabra:) i-gua-les?
SILVIA: Eso es más difícil.
RÓBER: (Acercándose a la pizarra, cogiendo una tiza.) Pues no es otro que un hexágono equilátero. Alcánzame la regla del profesor, Sara...
(Y SARA se acerca a la mesa del PROFE DE MATES, coge una regla bastante larga que hay sobre ella y después se la pasa a RÓBER.)
SARA: ¿Y para qué la necesitas, Róber?
RÓBER: Pues para que todos los lados salgan más o menos iguales y rectos. (Y ayudándose de la regla empieza a dibujar rayas hasta completar el hexágono, uno bien grande. A lo mejor hasta necesite subirse a una silla para hacer este gran polígono. Después señalando cada lado.) Uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis lados, y todos iguales.
MARCOS: Jo, qué tío más listo.
SARA: Si atendieras en clase en vez de hacer avioncitos…
(De pronto algo ocurre en la pizarra. Suena un crujido chirriante, como de puerta muy oxidada abriéndose, y la figura dibujada por RÓBER se abre lentamente hacia dentro…)
RÓBER: (Alejándose de la pizarra, impresionado y algo incrédulo de lo que está viendo.) Se está abriendo, se está abriendo…
(Tomado de DivulgaMAT)
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